miércoles, 23 de septiembre de 2009

De Margarita, desde Praga.

Una de las tumbas del cementerio judío de Praga.
El otoño va depositando las hojas de los arboles, junto a las pequeñas piedras que han ido dejando los que han visitado la tumba.
La losa que la cubre, desgastada por el tiempo, nos da idea de la antiguedad de la familia del difunto, y las piedras de la fidelidad y permanencia de la memoria a través de siglos. Las piedras son menos bellas que las flores, pero sin duda simbolizan mejor la memoria duradera, generación tras generación, a pesar del horror.

1 comentario:

Unknown dijo...

Los cementerios me atraen, pero este me emociono, es muy pero q muy fuerte..... y creo q logre transmitirlo en las fotos no?? gracias por colgarlas.