lunes, 17 de mayo de 2010

La Hermandad del Rocío de Almería, emprende el camino

El sábado pasado tuve la ocasión de participar en parte del recorrido de la salida oficial de la Hermandad del Rocío de Almería. La vistosidad de la carreta del sinpecado, los reflejos de la plata, las flores, los pétalos que le arrojaron los almerienses y que el viento repartía sobre los romeros, los trajes de las mujeres, los pañuelos, los trajes cortos, el tamboril y la gaita, las cajas, las guitarras y los cantes por sevillanas, los estandartes y las banderas de España, Andalucía y Almería... Un espectáculo que atrae a los sentidos, que se dejan llevar hasta la alegría, contagiosa, de estos hombres y mujeres que en unos días van a ver satisfechas su devoción y su afición.

Mil detalles que guardar en la retina, desde el plateado ángel que sostiene el escudo de una provincia hermana, hasta los bueyes que tiran firme y lentamente de la carreta. Todo es importante, cualquier detalle es reflejo de una fe y una tradición.

Ángel López Jerez, alma y voz de la Hermandad, junto con su hermano Manolo. Uno la voz y otro la guitarra, y acompañandolos, cajas, palmas... y una multitud de romeros atraídos por el magnetismo de Ángel, al que no se le cansa la voz, que continuamente canta y vitorea a la Madre de Dios, a la Hermandad de Almería, a la Pastora de Almonte... a la Virgen del Rocío, que reza salves en un convento de clausura, ante las monjitas, y que tira de la Hermandad más que el tamboril y la gaita.

Incluso reencuentros con gente que hacia mucho, mucho tiempo que no se veía...
"Te conozco y no sé de qué..."
"De nada malo..."
Y con las oraciones, la alegría. La Hermandad tuvo su tiempo de recuperar fuerzas y alegrarse con el baile, cerca de su Sinpecado, en el corazón de Almería, en la Plaza Vieja. Romeros, amigos, curiosos... todos tienen cabida, hasta los incrédulos...





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