Día de viento en El Zapillo, la playa de Almería capital. Lo que es llevar la cámara en el momento oportuno...
No sé si esperaba a alguien o si las olas no le parecían lo suficientemente buenas. Tabla en ristre, iba y venia entre la playa y el coche cercano. Se sentaba y miraba al mar. Al final se metió en el agua y, durante el tiempo que estuve allí, no se subió a la tabla.
Como en todas mis "fotos a traición", pasé desapercibido y tras de mi quedó una historia inédita que quizás, solo quizás, resultara apasionante de haberla conocido.
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