El concejal socialista Pedro Zerolo ha celebrado el primer acogimiento civil de la capital, mal llamado "bautismo civil" y cuyo nombre administrativo es "ceremonia civil de otorgamiento de carta de ciudadanía".
Por algo se empieza, supongo. En plena apotósis (si, apotósis) de una alianza de civilizaciones, parida para calmar al moro y gastar euros "ad maiorem caesar planetarium gloriam", los proges
estaban echando algo de menos.
A menudo los imagino como una sofisticada versión de aquellos sans culottes que asaltaron Bastillas y Tullerías en nombre de la "Liberté, égalité, fraternité", mientras se llamaban los unos a los otros "ciudadano".
"Comment ça va, citoyen Robespierre?"
"Ça va bien, citoyen Danton"
Alguno ya apuntaba un ligero dolor de cabeza que sería drásticamente curado con el remedio del Doctor Guillotin.
Época de cambios, si señor, todos a mejor. Por ejemplo le cambiaron el nombre a los meses del año, sin duda un gran progreso.
Afortunadamente los sans culottes ya son Messieurs, menos en España que hemos vuelto a la ciudadania. Aunque he de reconocer que educados, para la ciudadania.
Tengo a la vista la foto de un "bautizo civil" en la que el protagonista de la "ceremonia civil de otorgamiento de carta de ciudadanía" va vestido de un blanco purísimo, como corresponde a su condición de pureza ciudadana, y acompañado de su Progenitor A y Progenitor B. Ceremonia celebrada el día Œillet del mes Prairial, y oficiada por un Concejal.
¿Que quieres que te diga? no me acostumbro a las nuevas modas. Sigo prefiriendo la Aspirina para el dolor de cabeza, los padrinos roñosos, los nombres de los meses de toda la vida y los curas para los bautizos.
Y no me gusta la idea del Sr. Zerolo haciendo las veces de cura.
PROXIMAMENTE:
La Primera Comunión Civil. (Amos a ver como se las ingenian)
